Mudada!

Tras un més y pico de ausencia por razones diversas (que todas podrían resumirse simplemente con la palabra "VAGANCIA"), pongo otra entrada hablando de videojuegos, que últimamente vicio más de lo que debería...

A pesar de que los tiempos cambien y que los juegos evolucionen con ellos, uno siempre mirará atrás para recordar aquellos juegos con los que empezó todo. Y siempre que yo lo hago, allí estará Bubble Bobble: El primer juego que jugué, y con el cual empezó mi malsanísimo vicio. Por ello, decidí abrir una entrada dedicada a esta prueba viviente de que los juegos retro tienen algo que los de ahora no tienen. Bubble Bobble es un juego que aún ahora continuo jugando y encuentro tremendamente ÉPICO.

La premisa del juego es sencilla. Tú llevabas a un dragoncito verde mientras que el jugador 2 llevaba a uno azul. El juego se componía de niveles en los que tenías que derrotar a todos los bichos del nivel. Una vez lo hacías pasabas al nivel siguiente, y así hasta llegar al final del juego, lugar al que nunca fui capaz de llegar y, sinceramente, tampoco me importa. El juego es largo de huevos y si obtienes un Game Over te toca volver a empezar desde el principio.

Los dragoncitos Bub y Bob disparaban burbujas. Lo que tenías que hacer era apresar a los enemigos en estas burbujas y después reventarlas. Esto hacía que el bicho muriese por alguna razón incomprensible y acabase transformándose en algún tipo de comida que te daba puntos. Algunos objetos te daban power-ups, como poder disparar fuego para matar a los bichos directamente, mientras que por el escenario a veces empezaban a aparecer unas burbujas especiales que si se reventaban disparaban rayos o dejaban caer un torrente de agua.

Viendo esto uno también recuerda los bicharracos antropófagos a los que se enfrentaba en ese juego. Repasémoslos...

La Calavera Mecánica: Realmente no sé por que veía yo como una calavera a estas cosas... Independientemente, es el primer malo que sale en el juego, y como el pelele que es se limita a caminar por la sala. Un hecho impresionante sobre este bicho es que a diferencia de muchos enemigos de juegos de plataformas realmente SABE donde están los huecos y es capaz de SALTARLOS PARA LLEGAR AL OTRO LADO. ¡¡EL HORROR!!

El Sectario del KKK: Obviamente, estos no son los verdaderos nombres de los enemigos... Espero que os hubieseis dado cuenta, porque si no es preocupante... El malvado sectario creará esferas de sangre cortándose las venas y las lanzará hacia delante. También sabe saltar huecos, como su compañero de metal. Entre sus hobbies está recitar sutras satánicos, crucificar dragoncitos indefensos y ofrecerlos como sacrificio a su dios y escuchar música de Britney Spears.

El Espermatozoide Azul: El primer enemigo volador del juego. Este organismo de polémico origen se dedica a volar por la sala rebotando entre las paredes. ¿Que extraña analogía podemos sacar de un espermatozoide volador que habita en el interior de la supuesta “Cueva de los Monstruos”? Hum... No hay mucho tiempo de pensar en ello, puesto que el espermatozoide se te ha tirado encima y está devorando tus entrañas.

La Bola Kamikaze con Hélice: No tengo ni idea de lo que son, así que yo siempre los he llamado “bolas”. Sus hélices les permiten volar por ahí, pero por alguna razón parecen tener problemas para maniobrar y acaban haciendo cosas raras. Como son masocas, o algo, disfrutan estampándose contra las paredes y quedándose en ellas antes de cambiar de dirección y estamparse contra la siguiente. Dan lástima, pero eso no impide que se tenga que exterminar a todas, sin piedad, hasta demostrar la superioridad de la raza reptil.

El Bicho-Muelle: Esta pobre criatura no tiene piernas y debe desplazarse saltando. En momentos así es cuando uno cuestiona la bondad de Dios, permitiendo la existencia de algo semejante en vez de acabar con su sufrimiento. Su rencor hacia las personas más afortunadas que ella la llevan a buscar venganza e intentar arrancar la cabeza de todo el que se ponga delante de un mordisco. Lamentablemente para ella (y afortunadamente para nosotros) sus lamentables intentos son fútiles y bochornosos. Pobrecilla. Casi siento pena por ella. Pero tiene un muelle en el trasero, así que me río.

Esta Cosa: No se lo que es. No me importa. Parece una especie de rábano pocho mal cosechado, aunque es posible que lo que intentasen hacer fuese una bola de pelo asesina y feliz. Para hacerlo aún más siniestro, es cierto que según como lo mires también guarda semejanza con la cabeza decapitada de Oscar, de Barrio Sésamo. Es molesto. Dispara bolas de fuego y lo odio. Como dato curioso, no sabe saltar huecos. Jar jar jar.

El Duende Borracho: Lo más característico de este bicho es que el tipo sabe disparar botellas de vodka a modo de boomerang. En serio. Cualquier persona puede usar una botella de vodka como arma, pero ni Superman es capaz de hacerla volver como un boomerang. El duende borracho está en otro nivel. Muchos jugadores decidieron dedicarle altares y convertirlo en un nuevo Dios de la era moderna, pero si hoy en día lo preguntas seguramente lo negarán. Y todo porque tienen miedo del duende. Hasta ahí llega su poder.

El Marcianito: Curiosamente sale después pero es menos peligroso que los dos anteriores. Este exiliado del Space Invaders hace lo que cualquiera espera que haga: Vuela y dispara rayos hacia abajo. La única forma de destruirlos es usar un rayo láser nuclear para derribar la nave nodriza desde dentro y después escapar de ella con la explosión siguiéndote los talones para llegar a la base espacial y ser condecorado por la federación intergaláctica por haber salvado el universo... Ok, puede que eso no salga en este juego. PERO DEBERÍA.

El Barón Von Blubba: REALMENTE se llama así. No me lo he inventado. Este espermatozoide no-muerto MERECE ser reconocido. Pocos bichos en un videojuego han hecho exclamar universalmente a los jugadores de videojuegos expresiones como “¡OH, MIERDA!” cada vez que hacían aparición en pantalla con tanta consistencia como EL BARÓN. Si tardas demasiado en pasarte un nivel, Von Blubba hace acto de presencia y empieza a perseguir tu personaje. Es invencible, y lo único que se puede hacer para hacerle marchar es pasarse el nivel mientras se le esquiva o morir. Muchos jugadores coinciden en identificar a esta pesadilla como “El Rostro del Miedo”.

Además del Barón, si pasabas un rato en un nivel te metían un sonido de aviso y todos los enemigos se volvían rojos y más agresivos... Lo cual significa que básicamente se movían más rápido. Si un enemigo lograba liberarse de tu burbuja tras un rato también se cabreaba. Normal.

Anteriormente mencioné que nunca me pasé este juego. Bueno, no es cierto. Me lo pasé una vez, pero tuve que usar los Save Slots del emulador, así que no cuenta. Pero no es para menos, el juego tiene como unos 100 niveles y al final hay un jefe, como no...

Ugh... El Giga-Borracho se dedica a rebotar por la macabra sala usando su masivo cuerpo mientras dispara ráfagas de seis botellas dispersas en tu dirección. El plan es subir las plataformas, recoger las pócimas que te permiten disparar rayos y acribillarle. Debo decir que acabé ABORRECIENDO esta batalla como nunca he aborrecido nada en mi vida. Pero con paciencia y una cordura mental a prueba de botellazos, finalmente llegas al tan esperado final del juego. Relajémonos y disfrutemos de nuestro tan merecido premio que el juego nos va a brindar y...

... Odio este juego...